Curioso opúsculo póstumo del polígrafo y excelente latinista baezano afincado en la curia papal romana Alfonso Chacón compuesto en tan sólo cuarenta y seis días, como declara su sobrino en la dedicatoria de la obra, que él mismo se encargó de sacar a la luz a partir del manuscrito autógrafo todavía existente en la Biblioteca Vaticana (R. Manchón).