Concebida como historia de los pontífices (incluidos los llamados antipapas) y cardenales de la Iglesia Católica desde los orígenes hasta el pontificado de Clemente VIII (1592-1605), quedó inconclusa al sobrevenirle la muerte al autor en 1599, y sólo pudo completarla hasta el papa Inocencio VIII (1484-1492). Sufrió sucesivas revisiones y la continuaron autores de la talla de Francisco de Cabrera Morales, Andrea Vittorelli, Ferdinando Ughelli, Allandro, entre otros muchos. Marcó un hito en la historiografía eclesiástica de su época y el autor alcanzó una merecidísima fama imperecedera durante muchos siglos (R. Manchón).