Las composiciones marianas, en lengua latina de Francisco de Cuenca, destacan por el original ejercicio de erudición, pleno dominio de las lenguas clásicas, amplitud de conocimientos literarios y culturales de ambas lenguas, que utiliza mayoritariamente en Epigramas de encomio a la Virgen María, contraponiendo nociones de la literatura pagana. Especial mención merece su obra Ramillete de flores que es un panegírico trilingüe dicho a la Virgen Sma… de Alba. Osuna. Juan Serrano de Vargas, 1622. Se trata de una obra trilingüe (latín, toscano y castellano), inédita, cuyo único ejemplar conocido se conserva en la Hispanic Society de Nueva York. Representa una muestra de la devoción que profesaba la ciudad de Jaén a la milagrosa imagen de Nª Sª de Alba, estrechamente vinculada a la presencia de la Compañía de Jesús en Jaén y su docencia. Imagen venerada en la iglesia de los jesuitas, actual Paraninfo del Conservatorio de Música. Ramillete de flores es el sermón que predicó Francisco de Cuenca con motivo de la consagración del altar a la Virgen de Alba, el 27 de abril de 1617. En forma de preámbulo inserta la bella “Canción a la Concepción de nuestra Señora”, de 60 versos, y seis chanzonetas a los santos jesuitas, Ignacio y Francisco Javier; todas ellas manuscritas. El contenido del sermón está compuesto en un latín barroco, pero elegante. Comienza explicando el versículo de Isaías “Virga Jese floruit”, [Floreció la vara de Jesé]; lo explica, no según la tradición, aceptada como la genealogía de Jesús a partir de Jesé [Jesé en el griego de la versión de Los Setenta, Isaí en hebreo], el padre del rey David. Más bien, lo explica como la genealogía de María según san Jerónimo, como lo hace el Libro de Horas de Gante de principios del siglo XVI. En su desarrollo, intercala versos originales de Juvenal, Ovidio, Tibulo, Catulo, párrafos de la Invectiva contra Salustio de Cicerón, Sentencias de las Epístolas Morales de Séneca, de Platón, de la Ética de Aristóteles; ejemplifica con textos de san Martín de Braga, de san Ambrosio, san Agustín y poetas de la poesía toscana en italiano, como Ludovico Ariosto o Giovanni Botero. Las flores que va ofreciendo a María en el Ramillete son la fe, esperanza y caridad, con abundante casuística comparativa, donde muestra a la Virgen llena de tales virtudes teologales. Continúa con las cardinales, prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Añade una flor nueva, representativa de los países de América, la granadina de Méjico y aporta una bella poesía en castellano. Para terminar comenta la cita del Apocalipsis “una mujer revestida del sol, la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. Concluye con un soneto y una pequeña canción al estilo castellano de 30 versos. (j. Moreno Uclés)