En este libro, dedicado al rey Felipe IV e impreso en 1650, el autor rebate de forma pormenorizada (eleganter docteque, afirma Nicolás Antonio) las tesis contrarias al inmaculismo que se habían publicado en dos libelli anónimos. El libro se cierra (capítulo XVI) con una interesante apostrophe et peroratio al papa Inocencio X que ocupaba, a la sazón, el solio pontificio. El autor menciona en este libro otras obras suyas de temática inmaculista que no llegó a concluir o que se han perdido. Una de ellas, titulada Adsertor dominicanus Inmaculatae Conceptionis, es una especie de catálogo de los religiosos dominicos defensores del misterio inmaculista, con una breve historia de las opiniones de estos religiosos sobre dicho misterio. El autor ya se había ocupado de ello en la estrofa 11 del cantus latino Non Pierides inuoco sorores... Dicha estrofa empieza así: Nec tota refragatur Guzmanorum / sacra familia, pia, docta, illustris. / Dominicus id scripsit uir diuinus. (R. Manchón)