La Historia redactada por el ilustre manchego, se basa en el manuscrito entregado por Ordóñez de Ceballos y, aunque se aleja de la moda de los cronicones, no está exenta de ciertas fabulaciones, como ocurre con la leyenda del lagarto de la Magdalena o los avatares por los que vino a parar a Jaén la reliquia del Santo Rostro (ff. 41r-51r). Se añaden además curiosidades y anécdotas justificadas por el afán didáctico. Así, en el capítulo 39 se trata de la honestidad y virtud de las mugeres deste Reyno de Jaén. Con todo, las partes más interesantes son los capítulos en que se describe la ciudad en que vivieron los autores. (M. D. Rincón).